Ametzagaina y su ribera

La colina de Ametzagaina era hasta hace pocos años, más de lo que
hoy en día es, un parque periurbano de unas 72 ha, ordenado como área de protección paisajística y ecológica, y calificado en la Revisión del Plan General, como espacio natural protegido, (ENP). Antes de las intervenciones que se han hecho en el lugar, era descrito como una "campiña atractiva bucólica y evocadora", y un lugar de especial interés paisajístico de reconocido valor ecológico por sus bosques autóctonos.

En este espacio, que incluía huertas cuya legalidad se pusieron en duda, existe una gran presión demográfica ejercida por la vecina Intxaurrondo Sur y en cota muy inferior Loiola y Martutene, además de Garbera. Como consecuencia de dicha presión, se han ido ejecutando proyectos que en sucesivas fases, han ido transformando este espacio hasta hacer de él en ciertas zonas, más un gran parque urbano que un espacio natural protegido. Dicho de otro modo, ciertas zonas parece más una continuación de su vecino parque de Otxoki que un ENP. En definitiva, contábamos con “un Parque natural” no declarado y actualmente contamos en su mayor parte con un gran parque urbano.

Pese a ello, todavía perduran bosques naturales en su interior compuestos mayoritariamente por bosques acidófilos dominado por el Quercus robur L., el roble, que ocupan 33 ha, a los que acompañan prados pastados y pastos no manipulados, brezales y algunas construcciones, además de pequeños parques y jardines urbanos. En definitiva, el parque de Ametzagaina comprende diversas zonas de prados y vegetación variada formando una orla que rodea a bosquetes diversos en composición y estructura.

En su interior y como prueba de que este espacio posee todavía gran valor, encontramos varias valiosas especies de fauna protegida como es el escarabajo Rosalia alpina, protegida por la Directiva Hábitat, Convenio de Berna y Catálogo Nacional de Especies Amenazadas, que normalmente se encuentra en los Parques Naturales de la CAV, pero que ocasionalmente tiene localizaciones esporádicas en zonas bajas como es Ametzagaina. Su presencia está ligada a los troncos moribundos o muertos caídos o en pie y es indicadora de su todavía buen estado de conservación. Entre los mamíferos destaca el lirón gris, Glis glis, habitante de bosques caducifolios en buen estado, básicamente de roble, Quercus robur, y haya, Fagus sylvatica, además de castañares, avellanares y manchas de bosque mixto.

Bajo Ametzagaina, las riberas del Urumea constituyen el extremo de un interesante gradiente acuático-terrestre, cuyos enclaves rocosos y arbustivos ofrecen refugio a una parte significativa de la comunidad de reptiles local, especialmente a ciertas especies de serpientes y lacértidos. Este espacio de transición, con ligeros retazos de lo que fue una marisma, alberga aves pescadoras como el cormorán, la garza, el martín pescador y numerosas limícolas y gaviotas.


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